La Alcoba de Becquer

La habitacion muy cómoda y el trato fantástico. La casa está cuidada al mínimo detalle y Miguel, el propietario muy atento me ayudó en organizar mi estancia en el entorno. Solo al entrar ya te envuelves en una atmósfera de relajación que evoca a los tiempos de Becquer. Muy recomendable

Nos alojamos una sola noche el fin de semana. El lugar es muy bonito, eso es indudable, la idea de poner nombres de poemas de Bécquer a las habitaciones, las vistas... La casa tiene potencial pero a la fachada le vendría bien una capa de pintura (ahora entiendo que no hayan colgado una foto de la fachada en su página web). No sé las demás habitaciones, pero la nuestra estaba helada, aunque la encendieron en seguida pero seguía fría cuando llegamos por la noche después de cenar. Las sábanas eran de franela, entendemos que para dar calor, pero eran de tacto desagradable, al igual que las toallas (de esas que rascan). La cama era cómoda, eso sí, y al final pudimos dormir, pero tanto mi marido como yo notábamos picazón en la piel por las sábanas. El baño estaba dentro de la habitación, allí todo correcto, aunque la luz del espejo no funcionaba y la ventana no pudimos abrirla para sacar el vaho después de la ducha, estaba atascada. La cocina compartida estaba bien, tenía de todo, aunque solamente utilizamos la hervidora de agua para el desayuno. No abrimos la nevera ni utilizamos la cocina para cocinar, así que de eso no podemos opinar. Eso sí, cuando subimos arriba (la cocina está en el piso superior) había olor a tabaco reciente y -en un cenicero- restos de ceniza de los inquilinos que acababan de irse (pero, ¿no es un hotel de no fumadores?). Al final como era una sola noche no nos importó demasiado, pero no lo recomendaríamos para pasar varias noches, y menos en invierno. Como en otras opiniones, nada negativo tenemos que decir de los dueños, son muy amables. El lugar ganaría mucho si se pusiera remedio a los detalles que hemos mencionado.