Apartamentos Pessets Adelaida

Una de las peores experiencias que he vivido en toda mi vida se la debo a estos apartamentos. Pasé aquí este último fin de año y tuve la mala suerte de que encima teníamos una familia de "personas" que creo que pensaban que estaban solos en el edificio pues se pasaban el día moviendo muebles y dando golpes. Lo peor obviamente fue en la noche de fin de año que pasadas las 12 y media de la noche se pusieron a gritar, cantar, tocar la guitarra y poner música a todo volumen. Ante tal hecho llamé al hotel varias veces pero ni te cogen el teléfono... Así que tuve que subir yo mismo a llamarles la atención con el fin de que mi hijo que tiene 1 año pudiera descansar. Los temas como la falta de una reforma integral o falta de mantenimiento quedan en segundo plano porque la verdad es que me lo hicieron pasar realmente mal. NO volveremos y NO lo recomiendo. Edito: reclamé al hotel por escrito esta falta total de respeto al descanso de las familias con niños y al cumplimiento de la ley y la respuesta del director fue lamentable.. dan prioridad a las fiestas y al mal servicio al cliente.

Excelente ubicación del apartamento (en el centro). El check-in se hace en el hotel que está a unos 200m del apartamento. El trato del personal excelente. Apartamento antiguo pero bien cuidado y muy limpio. Nuestro apartamento disponía de una habitación con 2 camas individuales y un sofá también convertible en 2 camas pequeñas. Pequeño pero los espacios bien distribuidos. Baño muy espacioso. (con bañera). La cocina es pequeña y se encuentra en el pasillo pero a nosotros no nos importó, para 2 personas está bien, aunque el apartamento era para 4 personas. La calefacción es eléctrica pero manteniéndola encendida todo el día, no se nota frío. Buena calidad-precio. Los apartamentos disponen de ascensor (son 4 pisos). En contra: Las puertas de PVC que hay en el comedor y que dan acceso a la terraza, no cerraban bien y entraba algo de aire. Poco insonorizado, se sentían hasta los interruptores de la luz del piso de arriba, y los vecinos parecía que movían muebles continuamente, aunque a partir de las 12 de la noche pudimos descansar.