El Palacete del Obispo

Es triste pero debo hablar sobre todos los aspectos, para que nadie más pase por unas noches decepcionantes, donde nos hospedamos 4 noches. Es un hotel para pasar una única noche, si no tienes otro lugar donde pasar la noche. Os comento aspectos negativos: - El hombre que ayuda a la dueña del palacete, no tiene ni un ápice de generosidad ni amabilidad, llegando a ser un poco indecente e impertinente. - Tras volver de visitar de ver Haro a las 23:30h, nos controla la llegada y encima me dice que horas son esas de llegar a dormir, cuando no debe ni controlarnos ni opinar, puesto que es un hotel y no un hospedaje de la casa de Pepito. Pero es que está orientado más a un Airbnb que a un hotel, porque pasas como por el salón de su casa, y está todo a oscuras. -Los colchones es recomendable, cambiarlos cada 10 años, y esos tenían literalmente más de 25 años, por lo que no puedes pasar ninguna noche durmiendo al clavarte muelles y levantarte hundida. Se puede apreciar en las fotos. - La ducha tenía cientos de pelos de quien haya estado ahí, y todo súper mugroso. - No realizan limpiezas decentes, ni de baños ni de habitación, porque hay telarañas, moho, y polvo por todas las esquinas. Únicamente hacen la cama. - No tiene un mantenimiento de la casa, lámparas descolgados, pollitos partidos, suelos hinchados por el agua, rodapies doblados y una peste a humedad que te mueres, en la habitación del ático que es la más alta, imaginaros la habitación más baja. - El jacuzzi lo conectan un rato antes para que se caliente y no gastar luz, pero no tiene potencia para calentar eso y no entiende que gasta menos manteniendo el agua caliente como un calentador, y encima le tapan los botones, para subirte la temperatura si quieres, con un plástico duro blanco cogido con una cinta de carrocero. Despreciable hacia el cliente. Además de tener la sauna llena de trastos y rota, y lo que está cercano al jacuzzi oxidado, debido al alto volumen de cloro que utilizan, que es incluso denunciable por las concentraciones tan elevadas. - El desayuno es pobre, pero lo justo para desayunar aunque si que, nada es casero, todo es industrial, incluso el zumo que son polvos Tang y los huevos revueltos agua con polvos. - Las temperaturas más elevadas suelen subir y están en lo alto, pues no tienen aire acondicionado porque por la noche refresca, pero esta lleno de mosquitos y en ola de calor no refrescan las noches, por lo que debería tener pingüinos por si los necesitara. Lo único bueno que puedo decir, es que el entorno es tranquilo y para aparcar es fácil. Consejos a la dueña: - Don de gentes al máximo por mejorar. - Reparar y limpiar todo exhaustivamente. Y la última pero más importante, las personas viajamos para dormir mejor que en nuestras casa y por eso pagamos precios, en esa pensión, que no se puede llamar hotel, se debería de bajar el precio, porque no los vale, y encima empieza por cambiar los colchones, que aunque la habitación no esté arreglada o

Avec mes deux filles, nous avons passé 4 nuits dans cette vieille bâtisse parfaitement rénovée, très joliment et décorée avec une jolie vue sur le village Le couple d'hôtes qui tient l'hôtel est charmant et accueillant. Monsieur nous a attendu jusque presque deux heures du matin pour connaitre le résultat de ma fille qui présentait le concours national de danse à Burgos. Il l'a largement félicitée à notre retour pour son premier prix. Le petit déjeuner très correct et le repas à la carte proposé le soir délicieux! Nous n'hésiterons pas à le recommander!

El palacete está restaurado con mucho gusto y ofrece un entorno extremadamente agradable. El personal es muy muy atento y solicito. Desde luego un sitio para repetir, muy cerca de Logroño Vitoria o Laguardia. El jacuzzi es un extra para terminar un día de relax. Cabe destacar que siendo además celiaca no hay problema con el desayuno

Lugar excelente, el trato por parte de Ana y Julio muy bueno, incluso nos facilitaron un sitio para guardar varias cajas de vino que llevábamos. La habitación muy cómoda y la comida excelente. Lo recomendamos vívidamente.