Guest User
February 6, 2024
Al inicio da la impresión de no ser un hotel se parece a una cafetería, pero el segundo piso si están las habitaciones, las cuales, a pesar de ser es una casa de 300 años, son bastante limpias, cómodas, amplias, frescas, las camas super confortables, las almohadas de ensueño, una ubicación envidiable a dos cuadras del Zócalo y 2 cuadras del Templo Santo Domingo, 4 cuadras del barrio del artista, es lo mejor que tiene. La primer noche si hubo un problema, no había agua, pero en menos de 1 hora, el personal lo arreglo, por cierto son bastante agradables.
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