La Posada Del Corralón

Un lugar encantador que te hace viajar a la serenidad y la sencillez de antaño, repleto de detalles auténticos de los entornos rules, pero disfrutando de todas las comodidades necesarias para hacer la estancia lo más agradable posible. Alojarse en la Posada del Corralón es como viajar en el tiempo por el encanto de sus paredes de piedra, el silencio y la paz del lugar y su entorno, la naturaleza del Parque de Cabañeros, su fauna y belleza que lo rodea y el poder degustar sabores auténticos de esta gastronomía, como sus quesos artesanos, carnes y vinos magníficos. El antiguo granero reconvertido, con mucho gusto y detalle, en hotel rural, te permite disponer de una pequeña cocina, un espacio de salón, un baño completo y una habitación cómoda con unas camas muy buenas para el descanso. Ver los amaneceres o atardeceres desde allí es algo espectacular y el único ruido que se escucha es el canto de los pájaros. Hemos desconectado maravillosamente y hemos disfrutado de todas las posibilidades que ofrece Cabañeros para sentir la belleza y renovación de la naturaleza: recorrido en el parque natural en 4x4, visita a los centros de interpretación espectaculares como el del Horcajo, a los museos etnológicos, a los pueblos encantadores, avistamiento de aves, animales en la naturaleza y recorridos por senderos fáciles de hacer con niños. Nos ha faltado la noche de observación del cielo dado que no se daban las condiciones óptimas pero lo tenemos pendiente para la próxima vez, ya que regresaremos a la Posada del Corralón. Gracias a sus anfitriones, especialmente Raquel, por hacernos la estancia tan agradable. 100% recomendable. Un lugar que queda en el recuerdo.

La habitación es grande, limpia, con una cama de gran tamaño y un ambiente acogedor. A esto hay que añadir que la ducha es cómoda e independiente del baño. Las mosquiteras permiten abrir las ventanas cumpliendo perfectamente su función. La climatización de la habitación no funcionaba. Hacía bastante calor y no llegó a funcionar en ningún momento, porque es común entre todas las habitaciones y, al parecer, no se permitía el funcionamiento independiente de cada habitación. Esas noches pasamos calor. La situación cerca de la entrada al parque de Cabañeros hace más cómoda la visita. Como otros puntos a mejorar, hay que comentar sobre los desayunos y las cenas. Los desayunos son muy mejorables. No se ofrece zumo, a no ser que lo pidas expresamente, y aún pidiéndolo en un caso no se trajo. No es el desayuno abundante que se ha descrito en determinadas críticas. No hay una oferta de alimentos salados, ni tampoco fruta. En cuanto a las cenas hay que decir que son caras y que no muestran carta donde se puedan ver reflejados los precios de cada plato. 2 ensaladas, un plato de lomo a compartir y una porción de tarta de queso han sumado 50€. No se conoce el importe de cada cena hasta el día de salida. Resumiendo, hay cosas buenas y otras no tan buenas, que entiendo que deberían ser mejoradas.