Hotel Restaurante Bandolero

Fuimos a pasar la mañana al pueblo de Juzcar y comimos en el restaurante del hotel. El pueblo lo vimos un poco abandonado, sin pitufos pero nos encantó este restaurante. La comida muy rica y el personal nos atendió estupendamente. Lastima que no había ese día habitaciones libres, sino nos hubiéramos quedado

Sitio muy acogedor. Habitación amplia y muy confortable. Personal muy amable. Perfecta localización para conocer Júzcar. El desayuno muy bien. Tenemos pendiente el probar para comer el sitio, aunque pintaba bien. También ideal para familias con niños, a pesar de haberlos, no se escuchaban si chillaban.

El personal amable, la comida rica aunque sencilla, los precios asequibles, pero para el tipo de comida que es si que lo es. La presentación de los platos estaba bien y lo recomiendo si visitas Juzgar. El lugar tiene terraza y comedor interior.

Un hotel encantador , habitación amplia con mesas estantería un buen armario..baño completo. La cama muy cómoda aire acondicionado no pasamos calor. Una pequeña piscina con tumbonas para tomar soly darte un baño refrescante. Los dueños un encanto y muy atentos , se come de maravilla. El entorno inmejorable...y muy tranquilo. Descanso rutas y tranquilidad. Unos días estupendos pasamos.

Sólo puedo decir que han sido tres días de comodidad, descanso y amabilidad por parte de los propietarios. El descanso está asegurado por la confortabilidad de la habitación y la calidad del colchón. La amabilidad está asegurada por el trato tan grato de sus propietarios. Ha sido una experiencia muy positiva.

Excelente comida y una maravillosa sorpresa. Llegamos casi de casulidad y por curiosidad a Juzcar y nos llevamos la mejor sorpresa de estas vacaciones: encontramos con el restaurante. Desde la entrada al postre un espectaculo visual y de sabores. Felicitaciones al chef!!!

Hay que reconocer que para personas no acostumbrada a circular por carreteras de montaña, llegar a el pueblo de Juzcar donde esta el hotel puede ponerles un poco nerviosos. Pero tanto el firme como las protecciones de la carretera están en perfecto estado, y una vez que llegues al hotel todo habra merecido la pena. El hotel está justo a la entrada del pueblo, pequeñito y acogedor. Habitaciones amplías y limpias. Sin lujos pero cumpliendo con lo necesario. Además de calefacción, aire acondicionado y ventilador, las habitaciones cuentan con estufa de lecha (que puedes usar pagando una módica cuantia por la leña), lo que hace que viajes en la época del año que quieras siempre estarás comodo en tu habitación. Desde la habitación tienes acceso directo a una terraza que es compartida por varias habitaciones y desde donde puedes disfrutar de unas marsvillosas vistas de la sierra. Pata aquellos que les guste disfrutar de la tranquilidad puden pasar horas sentados en ella. El pueblo es muy pequeñito pero cuenta con farmacia, tienda/bar con un amplio horario, tienda de alimentación y un par de bares donde poder beber y comer. Mención especial merece el Restaurante Bandolero situado en el mismo hotel. Iván, propietario y cocinero te deleitará con sus tapas y sus platos. Sorprendiendo el tipo de cocina fuera de lo comercializado en una zona turística como está.

Estuvimos comiendo,muy rico todo pero tardaron muchísimo.las mesas se quejaban en el salón de dentro.El muchacho que nos atendía muy agobiado, mala organización para una comida tan rica.la cocina un 10

Hemos pasado una noche en familia, en una habitación MUY limpia y confortable, y con muchos detalles a la llegada. David nos falicitó la estancia desde la reserva telefónica, adaptando la habitación a nuestras necesidades y preocupándose por nuestro confort. Iván, un gran chef, su atención y sus platos exquisitos. Almorzamos unos platos muy sabrosos y con una mezcla de olor y sabor muy peculiares, nos dejamos aconsejar por él y nos encantó. Se nota que vive lo que cocina. Amabilidad y cercanía en el trato de todo el personal. La piscina muy aconsejable para un baño y descansar las horas de calor. Estaba muy limpia. Muy recomendable. Saludos!!