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Este febrero, pasé una semana en este albergue y me encantó. ¡Qué albergue tan encantador! Mi alojamiento estaba en el sur de la isla de Tenerife en un pueblo calmo en la costa. El albergue no está lejos del pueblo de El Médano, y puedes caminar al lado de la costa si quieres. El alojamiento está muy cerca de una pequeña playa, es lo bastante grande para tomar el sol, nadar en el mar o bien hacer windsurf. Además, había muchas otras playas cerca que eran tranquilísimas. Hay un supermercado que se llama ‘Dialprix’ a diez minutos de pie: muy útil. Si quieres visitar el Capital de Santa Cruz, puedes montarte en una guagua para ir ahí. Los boletos no me parecieron muy caros. El pueblo en sí es genial para una semana tranquila o bien para hacer windsurf o senderismo. La casa está en una zona residencial de reciente construcción y es muy moderna. Hay una cocina comunal donde puedes cocinar la comida. La cocina tiene muchos electrodomésticos y una nevera que todo el mundo puede usar; ¡pero obviamente debes lavar los platos después! Todas las mañanas desayuné en el comedor con una vista increíble desde el balcón; la montaña y la playa de Pelada. La casa tiene un jardín comunal, una piscinita y una terraza con hamaca donde puedes tomar el sol o charlar con tus compañeros de casa. Mi habitación abajo era bastante pequeña pero acogedora también. Los dormitorios estaban muy limpios y el ambiente de la planta baja donde están los dormitorios era tranquilo y no era ruidoso. Cada litera tiene un enchufe eléctrico y las cortinas para la privacidad. Los colchones y edredones eran nuevos, cómodos y limpios. Hay baños con duchas y una zona con lavadora y muchos tendederos. Todas las facilidades eran modernas. El personal del hotel era muy amistoso e intentará darte todo lo que pidas. Caía bien a todo el mundo ya que todos fueron agradables y simpáticos. ¡Fue genial! Te recomiendo ir allí de vacaciones. Si quieres disfrutar de un viaje tranquilo y activo, debes ir allí. Es un lugar agradable y seguro para gente de todas las edades. La verdad es que es un alojamiento ideal para grupos pequeños o bien viajeros en solitario. Conocí muchas personas interesantes y amables de orígenes diversos diferente. Lo pasé de cine en las montañas con mis amigos. ¡Gracias a Aloe Vera por una experiencia inolvidable!